sábado, 23 de octubre de 2010

“Vida o muerte. Riqueza o pobreza”

“La pobreza incrementa el comercio de órganos humanos por internet en Indonesia”, el día 15 de Enero de este año, 2010, aparecía en un periódico este título en una de sus páginas, y es que el trasplante de órganos en la actualidad es el mejor tratamiento y en muchos casos el único, ante el fallo terminal e irreversible de muchos órganos vitales como el corazón, el hígado o los riñones , lo mismo que este dato es real y está presente en la actualidad y en nuestra sociedad también está más que presente la pobreza.

¿Qué harías si necesitas un trasplante y tu única solución es comprarlo de manera ilegal?¿Que harías si tienes que alimentar a una familia y la única oportunidad que ves es la de vender un órgano?

Aunque parece que el tema de el comercio de órganos nos está muy distante, está más cerca de lo que pensamos, alguien que tiene dinero y necesita un órgano para poder seguir viviendo busca agarrarse a la vida como sea, tenemos un miedo horrible a la muerte y si se tiene la oportunidad de conseguir un órgano para poder seguir viviendo aunque sea a costa de la vida de otras personas se hace.

Yo nunca sería capaz de comprar ni de vender  un órgano, creo que es una forma abominable de explotación del hombre contra el hombre, si compras un órgano estás permitiendo una desigualdad en las oportunidades de seguir viviendo, a favor solo de los ricos que están en posibilidades de comprar el órgano y en contra de los pobres que se ven obligados a vender parte de su propio cuerpo para satisfacer sus necesidades básicas de supervivencia. Aunque te estés muriendo la vida de los demás es sagrada . 

No podemos fomentar la desigualdad y aprovecharnos de nuestra situación económica para todo, la vida no se puede comprar ni vender, ¿Por qué no mejor erradicar la pobreza, mejorar las condiciones de vida de la población, fomentar el trasplante de órganos y disminuir así la lista de espera para trasplantes?




Andrea Hervella
Curso 2009/2010, 1º Bacharalato
IES Carlos Casares

No hay comentarios:

Publicar un comentario