El dengue es una enfermedad vírica, transmitida por la hembra de los mosquitos Aedes aegypti, que provoca fiebre muy alta acompañada de dolores de cabeza, articulaciones y muslos; en algunos casos provoca la muerte de la persona, y no hay una terapia específica para vencerla.
Cada año se registran entre 50 y 100 millones de casos de dengue en todo el mundo.
Luke Alphey y sus colegas han diseñado y probado una estrategia de lucha contra la enfermedad que consiste en preparar en el laboratorio, mediante ingeniería genética, una estirpe de mosquitos que precisan una determinada sustancia química, la tetraciclina, para sobrevivir. Sueltan en la naturaleza estos individuos; solo sueltan machos. Estos compiten por las hembras con los machos de las poblaciones naturales. Las crías de estos machos generados en el laboratorio, al no tener una fuente de tetraciclina en su ambiente natural, mueren antes de alcanzar la madurez sexual y no se reproducen. De esta manera se va reduciendo la población de ese insecto sin recurrir a pesticidas.
Pese a los resultados esperanzadores, han surgido críticas por los riesgos potenciales que pudiera tener para la salud y el medio. Puede desarrollarse, por ejemplo, alguna forma de resistencia al gen modificado; la liberación de esos insectos resistentes puede suponer un problema. Además, un 3,5% de los insectos modificados alcanza la madurez pese a llevar el gen letal, según una prueba de control.
Otros especialistas han señalado que estos ensayos en la naturaleza se han realizado sin suficientes evaluaciones independientes previas y sin debate público.
Fuente:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Liberacion/mosquitos/transgenicos/lu char/dengue/elpepusoccie/20111031elpepusoc 12/Tes.
Fecha: 31/10/2011.
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